Panamá

WWOOFing en Lago Bay

Estuvimos haciendo Wwoofing por 18 días desde el 24 de febrero de 2016 en Lago Bay, Panamá. Lago Bay es una comunidad con varios lotes, dos bellos lagos llenos de vida silvestre y plantaciones orgánicas de coco, aguacate, plátano, banano, papaya, moringa, marañón y otros árboles frutales. Está situada en la costa del Pacífico de Panamá. La propiedad esta aproximadamente a 7 millas de la ciudad de Santa Catalina. La tierra y el proyecto son dirigidos por Brett, de los Estados Unidos. Cuando estuvimos en Lago Bay dos casas de retiro estaban siendo construidos bajo la supervisión de la arquitecta Itzaris, que también es la novia de Brett. Mientras estuvimos allí, también tuvimos contacto a diario con Jason, un amigo de la escuela secundaria de Brett de los EE.UU., quien le ayuda a mantener la propiedad, Alejandra, la hija de cuatro años de Jason, Johanis, una mujer local que también trabaja en la propiedad, y los tres perros, Porky, Rosa, y Risa. También conocimos a varios trabajadores de la construcción que laboraban en la propiedad diariamente.

Durante nuestros días en Lago Bay, trabajamos de 7 am a 12 pm, de lunes a sábado. Vivíamos en un cómodo dúplex de dos pisos con nuestra propia cocina y con los alimentos para preparar el desayuno y la mayoría de las comidas. El dúplex también tenía un área de bar en la azotea para disfrutar la vista durante el anochecer. Toda la comida fue proporcionada por nuestro anfitrión y los almuerzos se servían a las 12 del medio día luego de terminar cada turno de trabajo. La mayoría de las comidas eran vegetarianas y tuvimos la suerte de disfrutar algunas veces del pescado y los mariscos frescos de la zona. Nos sentimos muy bien acogidos y apreciados en Lago Bay. Brett es un maravilloso anfitrión. Es un hombre muy trabajador, accesible, generoso, fácil de llevar y un fantástico cocinero. ¡Su “pasta de conchas” y “hamburguesas de portobello” son ya mundialmente famosas! Realmente admiramos la visión equilibrada y el enfoque proactivo con que Brett asume su vida.

La comida de Brett
Sal trabajando

Durante nuestra experiencia como voluntarios, Sal pasó la mayor parte de su tiempo en los proyectos de construcción, ya fue haciendo trabajo manual con el equipo de construcción o de ofreciendo su experiencia como ingeniero estructural. Sal revisó los planos de construcción y proporcionó cálculos para resolver algunas dudas de la arquitecta. Fue una buena oportunidad para desempolvar sus habilidades y ponerlas en práctica. Gisela pasó la mayor parte de su tiempo a la jardinería, trabajando codo a codo con Johanis, ayudando en la cocina a preparar el almuerzo y con el cuidado de Alejandra durante los días que ella permanecía en Lago Bay. Las tareas de Gisela en los jardines variaron y fueron desde rastrillar, regar, podar, plantar semillas de tomate, berenjena, cilantro y pimentones, y posteriormente trasplantarlas. A Gisela le encanto ver las semillas germinar, crecer y florecer.

Gisela trabajando

El proyecto principal que llevamos a cabo mientras estuvimos en Lago Bay fue transferir el sistema de acuaponía a una nueva ubicación. Para ello, construimos un techo que sirve como cobertor y vivero para algunas camas de tierra horizontales que adicionamos sobre el suelo. Estábamos muy emocionados al aprender sobre acuaponía, un sistema de lechos de roca para la plantación donde el agua circula desde un tanque de peces. El agua es rica en amoniaco y excrementos de pescado, que son una gran fuente de nutrientes para las hortalizas como el tomate, la lechuga y la albahaca. El sistema es interesante pues el agua se recicla desde el tanque de peces en los lechos rocosos y reenviado de nuevo a la pecera. En el caso de este sistema en particular, la variedad de peces utilizados eran tilapias. Sal diseñó el nuevo techo del vivero usando bambú, acero, hormigón y un material plástico para el techado. ¡Al final, el vivero quedo muy bien y nos sentimos orgullosos y emocionados por el uso que este podría llegar a tener!

Bambú
Barro

El domingo era nuestro día libre en Lago Bay y durante nuestra experiencia como voluntarios disfrutamos de tres de ellos. El primer domingo, visitamos Santa Catalina, que está relativamente cerca de Lago Bay. La ciudad es conocida por su playa de surf y tiene un desarrollo turístico de bajo perfil con algunos restaurantes para extranjeros, así como algunos centros de buceo. El segundo domingo, caminamos a la playa de Lago Bay en la mañana. Esta es una magnífica y extensa playa de arena negra llena de hermosas conchas de mar, una zona con barro durante la marea baja y un hermoso paisaje de montañas en el fondo. Nos quedamos muy sorprendidos con su barro blando. Gisela disfrutó muchísimo caminando sobre él.

Nuestro último día de descanso lo dedicamos a la planificación del viaje, el descanso y la preparación para continuar el viaje. En general, durante nuestro tiempo libre en Lago Bay, también leímos mucho. Sal se entretuvo con la guía de viaje para Cuba, aprendiendo sobre su historia y planificando nuestras próximas aventuras. Gisela se mantuvo ocupada con un libro muy revelador acerca de la economía mundial: La Doctrina del Choque de Naomi Klein. Sal estuvo también fascinado buscando frutos de marañón entre los árboles y luego devorándoselos. Aunque no era aún la temporada, algunas frutas maduras estaban empezando a aparecer. Gisela encontró gran placer en la cocina, ya que hacía ya un buen tiempo que teníamos la sensación de privacidad y la alegría que trae el contar con una cocina para ser creativos. El desayuno y la cena tuvieron un menú variado: tostadas, arepas con chorizo, avena, huevos cocidos, pancakes, papaya fresca con limón, tacos, curry en leche de coco, chow mein, pastas, empanadas salvadoreñas, etc.

Fue muy agradable tener la sensación de un hogar, la posibilidad de preparar nuestros propios alimentos y estar en el mismo lugar durante varios días para construir una rutina. Extrañaremos Lago Bay y las nuevas amistades que allí construimos. Extrañaremos el poder ver el proyecto del vivero desarrollándose, el ser testigos del crecimiento diaro de las plantas y el probar los frutos de nuestro trabajo. Vamos a extrañar la vista del sol anaranjado y gigante sobre el horizonte a través de la ventana al desayuno y el sonido de los numerosos grupos de aves que volaban por encima de nosotros justo después de la puesta del sol. Continuaremos valorando la felicidad de esos momentos y apreciando todas las alegrías y maravillas que la vida sigue colocando a lo largo de nuestro camino.

Vivero
Facebook