WWOOFing en Ichijima
Desde el 13 de julio de 2013, estuvimos haciendo WWOOFing por 6 días en una granja orgánica en la ciudad de Ichijima, región de Kansai, Japón. Durante los últimos 25 años, esta finca ha sido el proyecto diario de Shinjin y Keiko, una pareja con un gran compromiso por el medio ambiente. Mientras trabajamos en su granja, aprendimos de ellos sobre agricultura orgánica, meditación, yoga, culinaria, historia y cultura japonesa. Compartimos esta experiencia con Nagayama (Aprendiz en la granja), Kenishi y Chika (WWOOFers de Japón y Estados Unidos, respectivamente). La granja es parte de la Asociación de Agricultura Orgánica en Ichijima, una Comunidad de Apoyo a la Agricultura (CSA – Community Supportive Agriculture) una organización compuesta por tres granjas orgánicas que surten consumidores semanalmente.
La Comunidad de Apoyo a la Agricultura (CSA) es un modelo basado en la relación directa entre consumidores y agricultores sin intermediarios, este sistema también se utiliza en muchos otros países del mundo. Los consumidores y los agricultores están de acuerdo sobre las verduras que se cultivan durante el año y mantienen comunicación con respecto a la calidad, precios de los productos y necesidades mutuas.
En el caso específico de la Asociación de Agricultura Orgánica en Ichijima, las tres granjas cultivan, empacan y distribuyen cajas de verduras orgánicas tres veces por semana (martes, jueves y sábados) a 300 consumidores de la región de Kansai. Las cajas se entregan en un lugar elegido por los consumidores, que por lo general es cercano a sus hogares. Algunos consumidores se agrupan para ordenar una caja de vegetales y comparten los productos orgánicos semanalmente.
CSA se basa en el concepto de Compartir La Cosecha, que no sólo promueve la relación directa entre productores y consumidores, sino también entre los vecinos en sus comunidades, especialmente los que viven en zonas urbanas donde el aislamiento social es frecuentemente un problema. La mayor parte de lo que pagamos por nuestra comida va a las empresas que transportan, procesan y comercializan lo que sale de las fincas, no para los agricultores. A las personas que cultivan los alimentos y hacen el trabajo más duro no se les paga lo suficiente para que sigan haciéndolo. La mayoría de las personas hoy en día no saben dónde o cómo se cultiva su comida. Este sistema pasa por alto los supermercados, los intermediarios y el sistema de transporte internacional, ofreciendo a los consumidores productos frescos de temporada a precios razonables. Si queremos comer alimentos saludables, tenemos que ayudar a que los agricultores tengan mejores condiciones laborales.
Nuestra experiencia WWOOFing en Ichijima fue muy estructurada: trabajábamos seis horas diarias, segmentadas en tres jornadas para aprovechar las horas más favorables durante el verano. Desde que empezamos a hacer WWOOFing el año pasado, esta ha sido nuestra primera experiencia de trabajo en una granja con tal magnitud de producción y nos sentimos muy satisfechos al haber aprendido más sobre agricultura orgánica a mayor escala. Además, Shinjin compartió con nosotros sus conocimientos y experiencia en yoga y meditación, dos prácticas que el descubrió hace muchos años en la India durante un viaje que cambió su vida para siempre. Pues paso de querer ser un hombre de negocios a convertirse en un agricultor. En Ichijima, empezábamos el día practicando meditación a las 5:20 am. Esta fue nuestra primera experiencia con la meditación, un arte a la que le hemos tenido curiosidad por largo tiempo y de la cual esperamos con la práctica, nos permita seguir avanzando en nuestra capacidad para mantener la mente libre de pensamientos mientras estamos sentados sobre las piernas entumecidas.
Luego de meditar, empezábamos nuestro primer turno de trabajo en la granja de 6 am a 8 am, cosechando okra, alimentando 300 gallinas, recolectando un promedio de 150 huevos al día y recogiendo tierra del suelo de los galpones para la producción de abono. Cuando cuidamos las gallinas por primera vez, dos de ellas salieron corriendo de sus jaulas tratando de huir. Siempre nos reiremos con aquel recuerdo, ¡Sal persiguiendo dos gallinas fugitivas! Alrededor de las 8 am, regresábamos a la casa para disfrutar de un delicioso desayuno y nos enamoramos del refrescante batido de tomate congelado preparado por Keiko.
De 9 am a 11 am, volvimos a la granja y completábamos diferentes tareas que por lo general incluían deshierbar, cosechar y preparación del suelo para la siembra. La felicidad que sentimos aprendiendo como crecen las verduras que comemos y descubrimos nuevos vegetales es indescriptible. A través de los días cosechamos okra, tomates, berenjenas, cebolla larga y judías verdes. Cerca de las 11 am disfrutábamos de una sesión diaria de yoga, una forma agradable para recompensar y estirar nuestros cuerpos después de soportar posiciones difíciles mientras deshierbábamos o cosechábamos bajo el sol.
Nos reuníamos en la mesa para almorzar y disfrutábamos de la comida japonesa de Keiko, a menudo compuesta de arroz blanco pegajoso o fideos en combinación con una gran variedad de sabores, carnes y verduras orgánicas frescas, acompañadas por emocionantes conversaciones grupales que se traducían simultáneamente en inglés y japonés. Después del almuerzo nos tomábamos un receso para recargar baterías antes de empezar la última jornada en la granja a las 3 pm.
Alrededor de las 5 pm, éramos libres para premiarnos a nosotros mismos tomando una ducha refrescante, lavándonos el sudor y la suciedad que traíamos luego de trabajar con la naturaleza. Nos reuníamos a las 7 pm para cenar, la cual solía extenderse por conversaciones agradables hasta antes de dormir. Trabajando la mitad del tiempo de lo que lo que la mayoría de agricultores en Japón hacen todos los días (12 horas al día), nos dio un vistazo de las múltiples habilidades y conocimientos necesarios en la agricultura, pero más que nada, un profundo sentido de respeto y aprecio por la labor agrícola. La producción de alimentos es un tarea exigente y esencial que no se reconoce o se remunera de manera suficiente en nuestra sociedad. Hoy más que nunca, nos sentimos agradecidos con los agricultores de todo el mundo por dedicar sus vidas, sus familias, sus sueños y esfuerzos garantizando que todos los días tenemos algo para disfrutar sobre la mesa.
Shinjin siempre estaba dispuesto a enseñarnos acerca de la ciencia detrás de la agricultura ecológica. Nos quedamos admirados con el sistema premacultural de su granja que promueven ciclos de armonía orgánica y autosuficiencia. Los campos de arroz y las gallinas son ejemplos perfectos de estos ciclos. Shinjin nos explicó que criando patos en los arrozales es una estrategia orgánica para su mantenimiento ya que estos animales ayudan con el deshierbe y fertilización del suelo. La cría de gallinas orgánicos con una alimentación a base de hierba (que resulta del deshierbe de los sembrados y la cosecha de verduras), yogur, mezcla de maíz orgánico y conchas de ostras trituradas (para fortalecer las cáscaras de huevo), es también parte importante en el ciclo de la vida en la granja. Naturalmente, las gallinas disfrutan escarbar el suelo, mezclando su estiércol y sobrantes de hierbas, que en combinación con microorganismos como Bokashi y EM – 1, promover la producción de abono que puede ser utilizado en la preparación del suelo para la siembra de verduras. Shinjin nos explicó con claridad los conceptos químicos que guían la preparación del suelo para la agricultura orgánica. Aprendimos la diferencia entre abono y fertilizante: abono es lo que se usa para mejorar el suelo para la siembra, aumentando los niveles de carbono y los fertilizantes son los nutrientes dados a los cultivos para aumentar su nivel de hidrógeno. Nuestras memorias de las clases de biología en el colegio se hicieron vividas al recordar que una planta necesita oxígeno, carbono e hidrógeno para la fotosíntesis. Cuando una planta tiene un color amarillento, puede ser un indicador de su bajo nivel de clorofila y magnesio. El magnesio es muy importante para la planta, ya que permite la absorción de carbono, oxígeno e hidrógeno. El calcio es también un elemento muy importante, necesario para fortalecer las paredes de la planta y sus frutos, protegiéndolos de los insectos, bacterias y otras plagas. Trabajando en la granja, Shinjin nos enseñó a través de la práctica los diferentes elementos de la naturaleza que pueden ser utilizados para crear abono y fertilizantes. Muchos de estos importantes elementos pueden ser reciclados de los excedentes orgánicos de la propia granja u otras fuentes naturales. Por ejemplo, las cáscaras de huevo de las gallinas trituradas o las cáscaras de ostras trituradas se pueden añadir a la tierra para aumentar los niveles de calcio.
Haber tenido la oportunidad de vivir con una familia japonesa en Ichijima, fue una manera maravillosa de aprender sobre su cultura e historia. Shinjin nos habló de las tres grandes religiones y filosofías en Japón: sintoísmo, budismo y confucianismo. El sintoísmo es la más antigua y la única de origen Japones, mientras que el budismo y el confucianismo como muchos otros aspectos culturales de este país fueron importados de la China. Cuando comentábamos sobre el alto nivel de respeto hacia los demás que habíamos observado en el comportamiento japonés, Shinjin nos explicó que el confucianismo es la filosofía más influyente en los valores de las personas en el país pues está basada en la importancia de la familia y el respeto hacia los ancianos y los demás. Shinjin, Keiko y otros WWOOFers estaban siempre dispuestos a charlar con nosotros, mostrando gran interés en aprender sobre las realidades de nuestros países. Shinjin, quien es originario de Hiroshima, fue abierto a compartir con nosotros sobre la manera en que la Segunda Guerra Mundial y las bombas atómicas lanzadas por los Estados Unidos, afectaron directamente a la salud de su padre, su comunidad, y el futuro de Japón. Con el tiempo, muchas personas expuestas a la radiación han desarrollado afecciones cardíacas y cáncer. Además, su expectativa de vida se ha vuelto significativamente más corta. Luego de ser derrotado por los Estados Unidos, la economía y la cultura japonesa se americanizo. Cuando le preguntamos a Shinjin si la gente en Japón tenía algún resentimiento contra los EE.UU. por haber atacado y destruido su país; él nos explicó que los japoneses se concentran en avanzar y evitan mantener cualquier apego a incidentes o pensamientos negativos sobre el pasado. También nos contó que a partir de la intervención de EE.UU. se redistribuyó la tierra en Japón, la cual era sólo propiedad de unos pocos ricos y en su opinión fue un resultado positivo de la guerra. Shinjin también compartió con nosotros sus preocupaciones en relación a la vinculación de Japón en la Asociación de Estrategia Económica del Pacífico (TPP), un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos y otros países. Explicó que basado en sus visitas a los EE.UU., él sabe que la agricultura de Japón no está en condiciones de competir con las granjas industrializadas de los EE.UU., donde todo se maneja con máquinas y las producciones son a gran escala. Shinjin está preocupado por el riesgo que la importación de productos genéticamente modificados representa para la salud, ya que con frecuencia estos alimentos son producidos y vendidos sin etiquetas en los EE.UU. La política y los temas sociales se convirtieron en temas recurrentes de conversación entre nosotros, pues todos estábamos deseosos de vislumbrar y entender desde la perspectiva del otro lo que ha estado sucediendo en el mundo. Durante los tiempos de la guerra civil en El Salvador, Shinjin había estado muy informado y preocupado por la situación. Y nos expresó su alegría al tener la oportunidad de conocernos y aprender más sobre la situación actual del país. Con su experiencia de haber vivido en Brasil como estudiante internacional, Shinjin estaba sintonizado con muchos aspectos de la vida en América Latina. Los sabores de la comida sudamericana también fueron un tema recurrente de la memoria.
Durante nuestra experiencia de WWOOFing en Ichijima, aprendimos sobre la Comunidad de Apoyo a la Agricultura (CSA), un modelo basado en el rol de la comunidad en la agricultura orgánica que permite a consumidores como nosotros desempeñar un papel activo y responsable en la imperiosa necesidad de compartir la cosecha. ¡Es hora de que todos nosotros, ciudadanos y consumidores ordinarios, investiguemos un poco y encontremos las CSA existentes en nuestras comunidades! Además, el trabajo en la granja y la experiencia de vida con una familia japonesa nos permitió estar en contacto no sólo con muchos aspectos importantes de la agricultura, sino también con la cultura, la historia y la gastronomía de Japón. Una vez más, nos sentimos afortunados por la oportunidad de estar viajando y conocer gente increíble, que nos recompensan constantemente con su amabilidad y conocimiento. Poéticamente, Shinjin plantó en nosotros los dones del yoga y la meditación que descubrió hace muchos años en la India y nosotros dejamos en sus manos las semillas que Raju, el agricultor en nuestra experiencia previa de WWOOFing en la India, nos dio para plantar en otro lugar alrededor el mundo. Un ciclo se cierra, otra comienza, el viaje continúa … 🙂