Tanzania

WWOOFing en Entenga, Provincia Kilimanjaro

Llegamos a la Granja Orgánica Gonja Mwala en el pueblo de Entenga el 6 de febrero de 2014 y disfrutamos 8 días maravillosos de WWOOFing, viviendo con la familia Mngulu. La granja está situada a una altitud de unos 2.000 metros (6.562 pies) sobre el nivel del mar en las montañas de Pare en la Provincia de Kilimanjaro, al sur de la ciudad de Same. Esta finca familiar hermosa situada entre las colinas ofrece un clima y comunidad agradable para entrar en contacto con la agricultura y la cultura de Tanzania. La tierra ha pertenecido a la familia Mngulu por muchas generaciones. Nos sentimos privilegiados al ser recibidos por Thaddey Serafin Mngulu, más conocido como Babu (abuelo), propietario de la finca y poder compartir nuestra experiencia WWOOFing con sus hijos Serafin, Rosie y Peter, así como con Gust otro WWOOFer de Francia.

En la granja crecen actualmente plantas de plátano, banano, maíz, maracuyá, piña, manzanas, zanahorias, aguacates, tomates, perejil, chile, colmenas de abejas, vacas, patos y gansos. Durante nuestros días allí, tuvimos la oportunidad de ayudar en diferentes proyectos: nivelando un camino, cavando un agujero para un tanque de biogás, planificando la expansión de una presa de agua para el pueblo, cosechando vegetales y preparando del suelo para la siembra. Peter y Serafín trabajaron mano a mano con nosotros en el desarrollo de la mayoría de estas tareas. Ambos son excelentes líderes y su dedicación a ayudar a su padre en la finca nos inspiró. 

Nos sentimos honrados de haber sido llamados Rafiki (amigo) por ambos. Serafín es quien se comunica y coordina la llegada de WWOOFers para hacer trabajo voluntario en la granja. Él está muy comprometido a encontrar formas de financiación y promoción de proyectos interesantes en la granja y la comunidad. Durante nuestra visita, estuvo supervisando el proceso de reparación de siete aulas ubicadas al lado de la finca. Esta escuela fue construida por misioneros católicos en 1948 en la tierra del padre de Babu y permite el acceso a la educación a 300 niños. Las aulas han enfrentado daños a través del tiempo a causa de las fuertes lluvias. Las reparaciones actuales han sido posibles gracias a la gestion de Serafín y las donaciones hechas por ex WWOOFers desde Suiza. Fuimos testigos de la forma en que hasta los niños se involucraron en el proceso de reparación de las aulas ayudando a transportar, sobre sus cabezas, las piedras necesarias para la construcción. Otro proyecto comunitario que Serafín está tratando de empezar es la expansión de una represa de agua para la aldea. Lamentablemente, la fiebre del oro y exploraciones actuales de este metal están contaminando los ríos alrededor de Entenga, por lo cual es vital para la comunidad el poder proteger sus fuentes naturales de agua. Visitamos el sitio y Sal hizo un diseño preliminar para la construcción. Sal y Serafín revisaron el diseño para determinar la cantidad de materiales necesarios. Serafín tiene la esperanza de que esta propuesta pueda ser presentada a ASHKO, una organización de los Estados Unidos que ayuda a financiar proyectos comunitarios.

Animales
Trabajando
La escuela

La construcción de un tanque de biogás es otra de las grandes iniciativas promovidas por Serafín. Con el apoyo técnico del Programa de Biogás Doméstico de Tanzania y las donaciones de amigos, la familia decidió iniciar este proyecto en su granja. El biogás utiliza estiércol de vaca para producir gas metano como fuente de energía para cocinar y electricidad, así como abono para los cultivos. El principal objetivo de la incorporación de este sistema de biogás es facilitarle a Babu el proceso de cocinarse a si mismo cuando esta solo. La construcción de este tanque de biogás es una gran inversión, con un costo estimado de $900 dólares americanos. Sin embargo, la esperanza es que con el tiempo el uso de biogás reducira los gastos en electricidad, protegiendo el medio ambiente y la salud mediante la elimininación de la quema de leña. La familia también espera que la incorporación de este modelo de energía ecológica pueda inspirar a otras familias a hacer lo mismo. Estuvimos en la granja durante la primera etapa de este proyecto y nuestro trabajo consistió en cavar un agujero de unos 1,75 metros de profundidad con el fin de construir el tanque de biogás. La tarea demandó el trabajo continuo de cinco hombres y una mujer durante tres días. Excavando era extenuante y difícil, sobre todo cuando nos encontramos con las raíces de los árboles de plátano, pero la emoción de ayudar a Babu nos mantuvo a todos hasta que completamos con éxito el agujero. Ahora, ¡el proceso de construcción puede comenzar!

Comida tradicional

Durante nuestra estancia aprendimos mucho sobre agricultura orgánica, pero el aspecto más valioso de esta experiencia de WWOOFing fue el ser parte de la vida cotidiana de la familia Mnugulu. Todos los miembros de la familia nos hicieron sentir como en casa e incluso trataron de enseñarnos palabras en Swahili y Pare, sus lenguas nativas. Pasamos un montón de tiempo con Babu y Rosie, su amabilidad robó nuestros corazones. Rosie estaba a cargo de la cocina y nos encantó ayudarle a cocinar. Ella siempre se reía con nosotros y nos enseñó a hacer diferentes platillos tradicionales.

Nos enseñó a cocinar ugali (harina cocida de maíz), té de jengibre, estofado de dik-dik (antílope pequeño regional), mdazi (pan dulce frito) y jugo del fruto del árbol baobab. Nos sorprendió con un delicioso pan hecho en el fuego, nos enseñó cómo pelar plátanos con un palito de madera y limpiarnos las manos con hojas de jazmín. Cuando Rosie descubrió que Sal es ingeniero, estaba tan orgullosa de él que decidió seguir llamándolo Señor Ingeniero. Desde el principio, Rosie llamo a Gisela Dada (hermana) y agradeció la ayuda que ambos le ofrecíamos en la cocina. Una noche, después de preparar la cena juntos, Rosie le sugirió a Gisela que le dijera a Babu, “Babu karibu chakula” (abuelo bienvenido a comer) luego de servir la mesa.  Babu, Serafín y Peter fueron sorprendidos al escuchar a Gisela hablando swahili y los tres celebraron con risas de disfrute. Sal también aprendió a decir: “chakula kitamu sana” (la comida esta muy sabrosa), la familia escuchó y admiró con placer nuestros esfuerzos por aprender su idioma.

Mientras cocinábamos, Rosie compartió con nosotros sus planes de estudiar enfermería. Es una mujer tan inteligente y trabajadora, nos sentimos muy emocionados con sus proyectos profesionales, pues cuenta con la empatia y dedicación necesarias para ayudar a los demás. Otra noche, mientras Gisela ayudaba a Rosie en la cocina, Rosie le dio una kenga (falda de colores que se envuelve alrededor de la cintura) para que la usara como tradicionalmente la llevan muchas mujeres en África y explicó que sirve para protegerse las piernas del fuego. Gisela se sintió emocionada con este gesto significativo de Rosie, pues simbolizó para ella el ser acogida en la cultura africana. Cuando Gisela le dio las gracias, Rosie le respondió: “Tú eres Mama Africa”. Gisela admiraba el trabajo de Rosie y le encantaba pasar su tiempo ayudándole en la cocina. En una de esas ocasiones Babu le dijo a Gisela: “Tu no eres Mzungu (persona blanca), tu eres africana.”

"Tú eres Mama Africa"

Nuestra experiencia WWOOFing también nos dio la oportunidad de entablar una relación con Babu. Él tiene 76 años y se casó el 1 de junio de 1960, su esposa murió hace casi 7 años en mayo de 2007. Con lágrimas en los ojos, Babu nos contó que ahora tiene que vivir solo. Babu no sabe cuándo es su cumpleaños, pero el día de su boda y su esposa no podrán borrarse nunca de su mente. Juntos tuvieron 7 hijos y ahora todos ellos viven lejos. Serafín es el mayor y vive en Moshi con su esposa e hijos. Él viene a quedarse con Babu en la granja cada vez que los visitan WWOOFers. Peter, es el único hijo que se quedó viviendo en el pueblo y vive en una finca cercana a Babu con su esposa e hijos. Más recientemente Rosie, la hija de Babu, vino de Morogoro para acompañarlo y ayudarlo por dos meses. Sus otros cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres, son un sacerdote católico, un soldado, una monja y un maestro. Babu nos explicó que cada 13 de mayo todos sus hijos regresan a casa para asistir a una misa en honor a su esposa. Babu expresó que se siente feliz cada vez que WWOOFers vienen a visitarlo porque disfruta de su compañía en la casa y se siente solo cuando sus nuevos amigos tienen que irse. Nos dijo que deseaba que pudieramos quedarnos en África por lo menos 3 meses, pero comprendió que necesitábamos partir para continuar nuestro viaje. Hablamos sobre la idea de hacer un safari (viaje) juntos y él estuvo de acuerdo en irse de viaje con nosotros si volvemos a visitarlo el próximo año, dijo que necesitaba un poco más de tiempo para mejorar su inglés. Babu compartió con nosotros su sueño de visitar Washington DC para reunirse con el presidente Obama y luego continuar a Nueva York y Canadá, donde tiene un amigo. Añadimos El Salvador y Colombia en el viaje para visitar nuestros países de origen. Babu siempre estuvo dispuesto a hablar con nosotros sobre sus pensamientos y sentimientos. Fue gracias a sus conocimientos de inglés y voluntad de compartir tiempo con nosotros que pudimos construir una relación. Una mañana, mientras conversábamos durante el desayuno nos preguntó: “¿Cómo sabemos que es lo que podíamos comer? ¿Cómo es que nuestro cerebro sabe que una planta como la yuca es bueno para comer?”. Estábamos intrigados por sus preguntas porque estas estaban a su vez atadas a nuestras reflexiones y solo lamentamos no poder hablar sus idiomas nativos para comunicarnos en mas profundidad con él.

Mercado local

Babu nos permitió explorar y conectarnos con su comunidad. Un sábado por la mañana Babu nos llevó a un mercado local y nos quedamos encantados al verlo hablando con muchos de sus amigos y familiares de la zona. Él nos presentó a una mujer diciendo: “Ella es mi hermana, mi papá y su mamá vinieron del mismo estómago.” Entendimos que a cada familiar se le llama hermana o hermano, sin importar si son primos. El mercado al aire libre era pequeño y colorido. Éramos los únicos extranjeros y la gente parecía feliz de tenernos allí. El domingo fue nuestro día de descanso y nos unimos con Babu a misa esa mañana en la iglesia católica local.

Babu y Peter son miembros activos del coro, estábamos contentos de verlos cantando y bailando con alegría durante toda la ceremonia. ¡La misa en Entenga se siente como una verdadera fiesta con sabor africano! Durante la misa, Sal cargó a una niña que estaba dormida mientras su madre recibia la comunión. Mientras dormía, la niña se orinó sobre si misma y sobre Sal, cuando la madre se dio cuenta, no hacía sino disculparse. Sal le dijo que no se preocupara y todo el mundo lo catalogó como una baraka (bendición). Después de la misa, el incidente se convirtió en causa de muchas risas entre nosotros. Mientras caminábamos de regreso a la granja, nos encontramos con muchos locales que conocen y aprecian a Babu: una monja nos invitó a tomar té, pan y aguacate en su casa, y mientras seguíamos caminando un amigo de Babu nos invitó a tomarnos una cerveza con su grupo de amigos en el bar local. La cercanía y el espíritu acogedor de la gente en el pueblo nos fascinó. Todo el mundo se conoce y podíamos sentirnos como en casa a pesar de la distancia. Nos sentimos abrazados por la comunidad, de joven a viejo, todos nos dieron la bienvenida. Experimentamos la misma sensación una tarde mientras lavábamos nuestra ropa y una pequeña niña de manera espontánea comenzó a ayudarnos. El sentido de un todo es más fuerte que el individual y es posible sentirse realmente conectado con los demás. Cuando le dijimos a Babu lo felices que nos sentíamos al ver cómo la gente lo quiere, él nos dijo una verdad poderosa: ” Tienes que amarlos a todos para que ellos también puedan amarte.” Ese domingo no volvimos a casa hasta después de las 2 pm, toda la experiencia fue divertida y memorable, ¡todos aman a Babu!

Durante nuestro último día en la granja, Gisela fue a trabajar con Babu. Pasaron la mañana deshierbando y hablando de las propiedades medicinales de algunas plantas. Babu le mostró a Gisela una planta que en combinación con otras se usa para tratar la malaria y también ella le contó que la planta de trébol se puede utilizar para curar fracturas de huesos. Mientras trabajaban, Babu le hizo preguntas a Gisela sobre Colombia: “¿Los campesinos en Colombia utilizan máquinas grandes o azadones para cavar la tierra? ¿Qué religiones practica la gente en Colombia?” Gisela le explicó a Babu que muchos agricultores en Colombia utilizan azadones como él y la mayoría de las personas en el pais practican el catolicismo. A medida que se desarrollaba la conversación, Gisela le conto a Babu que ellos han estado viajando por el mundo durante los ultimos 16 meses en autobús, tren y barco la mayoría de las veces. Babu dijo: “cuando tú y el Señor Ingeniero regresen, me gustaría ir con ustedes a Colombia, pero yo quiero ir en avión”. El deseo auténtico de viajar de Babu era dulce y amargo. Nos sentíamos honrados con su deseo de irse en un safari con nosotros y culpables al ser parte de un sistema de injusticia económica mundial que priva a una gran mayoría de la población de la oportunidad de materializar sus sueños…

Nuestra última noche en Entenga estuvo iluminada por una luna casi llena, pero muy brillante. Nos fuimos a descansar con la triste certeza de que nuestra salida estaba cerca y un enorme deseo de detener el tiempo. La familia Mngulu habia traído tanta felicidad a nuestras vidas, ¿Cómo podríamos dejarles sin sentir que se nos quebraba algo adentro y con deseos de llorar? Queríamos llevarnos a Babu con nosotros, cumplir su sueño, darle la dicha que él nos habia dado. El significado de nuestro viaje continúa creciendo y la lista de cosas por hacer al terminar esta ruta se alarga en cada destino. ¡Volveremos a Tanzania, Babu y nuestra familia Mngulu nos esperan!

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