Lo mejor de Perú

En Cusco, conocimos la historia de José Gabriel Tupaq Amaru, precursor de la independencia americana desde 1780 hasta 1781, que fue asesinado en el holocausto del 18 de mayo de 1781. A pesar de que la colonia española mató a cuatro generaciones de Tupaq Amarus, no fue capaz de silenciar su grito rebelde. 40 años después del cruel asesinato de José Gabriel Túpac Amaru en la plaza central de Cusco, las naciones de Argentina, Venezuela, Colombia y Perú proclamaron su independencia. Desde Ayacucho, visitamos Quinua y el punto memorial donde la última batalla por la independencia de América del Sur y la expulsión final de la colonia española tuvo lugar en 1824. En Ayacucho, visitamos también el “Museo de la Memoria” para aprender acerca de los 20 años de violencia sufrida en Perú entre 1980 y 2000. El 28 de Julio de 1980, el Perú tuvo sus primeras elecciones democráticas tras 12 años de dictadura militar. El nacimiento de PSP-SL (Sendero Luminoso) es conocida con la quema pública de las casillas para las elecciones populares en Cangallo, Ayacucho, en 17 de mayo de 1980. Sendero Luminoso continuó el desarrollo de ataques violentos en virtud de los motivos de una “Guerra Popular”. En 1984, el MRTA – Movimiento Revolucionario Tupac Amaru – también se unió a la causa y modalidades de Sendero Luminoso en Lima. La respuesta de las fuerzas del gobierno se caracterizó por la represión indiscriminada y violación de derechos humanos. Se ha estimado que este oscuro período resultó en un total de 69.000 víctimas en Perú, 40% de las víctimas eran de la provincia de Ayacucho y tres de cada cuatro víctimas fueron quechua hablantes. Sendero Luminoso reclutó jóvenes de origen campesino que habían estudiado más que sus padres y estaban dispuestos a luchar por mejorar su situación. La mayoría de las víctimas eran varones entre los 20 y 49 años de edad que eran jefes de familia, negociantes, maestros, campesinos y estudiantes. Muchos niños, ancianos y mujeres también murieron. La mayoría a consecuencia de las masacres perpetradas por el Ejército, la Policía y Sendero Luminoso. Las fuerzas del gobierno de Perú utilizaron técnicas de tortura para obligar a presuntos miembros de Sendero Luminoso a confesar. En algunos casos, los familiares de los sospechosos fueron torturados hasta conseguir confesiones a presión. Se encontraron cinco centenares de cuerpos enterrados en la estación del Ejército Cabitos. La cremación de cuerpos torturados también era una práctica común entre los años 1984 y 1986 en esa misma estación. Había un montón de evidencia para concluir que las detenciones ilegales, violaciones de los derechos humanos, tortura y asesinatos fueron llevadas a cabo por las manos de los funcionarios del Ejército Peruanos en Huamanga. Sendero Luminoso también promovió la tortura y el asesinato de periodistas, pastores, niños y civiles. Sendero Luminoso y el Ejército Peruano promovió el terror entre la población civil. Sendero Luminoso violo los derechos de las comunidades indígenas, a quienes obligaron a servir en pro de sus intereses como empleados, violando a sus mujeres y obligando a su juventud a enlistarse en el ejército guerrillero. Las personas quedaron atrapadas entre dos fuerzas brutales: El Ejército y el Sendero Luminoso. Los que pudieron huir dejaron atrás sus casas y tierras para escapar de la violencia. Muchas ciudades en la región de Ayacucho fueron abandonadas. El 12 de septiembre de 1992, Abimael Guzmán Reinoso, principal dirigente de Sendero Luminoso, junto a otros miembros en Lima fueron capturados y lo cual marcó el final de este grupo. Durante estos años de horror los familiares de las víctimas desaparecidas se organizaron como ANFASEP, pero a pesar de sus actos pacíficos, protesta y esfuerzos para encontrar a sus familiares, el 15 de septiembre de 1992, el presidente Alberto Fujimori acuso a Mamá Angélica, fundadora de ANFASEP, del terrorismo y ordenó su arresto. Mamá Angélica se vio obligado a abandonar el Perú y encontrar asilo político en Francia. El ANFASEP durante los largos años de guerra creo y mantuvo lugares para alimentar a los huérfanos. ¡Gracias a la ayuda internacional se creó el “Museo de la Memoria” para que estas atrocidades nunca sean olvidadas o repetidas!