Luang Prabang inspiradora
Después de cruzar la frontera entre Tailandia y Laos en Chiang Khong, viajamos durante dos días a lo largo del río Mekong para llegar a Luang Prabang. Esta ciudad fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Histórico en 1995 debido a la fusión única arquitectónica y cultural Lao-europea. Laung Prabang es una ciudad acogedora, con dos ríos que la rodean, es un lugar encantador para explorar y hacerse preguntas sobre la vida.
Nos sentimos inspirados a capturar los colores y belleza intensa de Laung Prabang con la lente de la cámara. El deseo de tomar estas fotografías se produjo después de disfrutar de los colores contrastantes de las túnicas brillantes de monjes y novicios de diferentes edades frente a diversos entornos. También nos sentimos fascinados por esta ciudad mientras contemplábamos pescadores trabajando durante la puesta del sol en el río, mosaicos detallados y esculturas de los templos Budistas, las sonrisas inocentes de los niños de Laos jugando en las calles, y las aguas azules de las piscinas de piedra caliza en las cascadas de Kuang Si.
Una de nuestras experiencias más memorables en Luang Prabang fue nuestro trabajo voluntario en la biblioteca, ayudando a jóvenes con deseos de mejorar y practicar sus habilidades de comunicación en Inglés. Tuvimos la suerte de conocer a Bee y a Phone, un monje novicio budista de 16 años y un estudiante universitario de 23 años respectivamente. En una conversación de tres horas todos nosotros compartimos información con respecto a nuestros países de origen, familias, vida cotidiana, intereses y sueños para el futuro. Nos quedamos admirados con Bee y Phone por su compromiso y pasión por aprender, ya que ambos tuvieron que dejar sus familias para buscar una mejor educación en Luang Prabang.
Phone está actualmente en su primer año de universidad y quiere ser maestro. Es originario del norte de Laos, cerca de la frontera con China y se identifica como parte de la comunidad Khammu. Phone asiste a la biblioteca local en su tiempo libre con el objetivo de aprender más inglés.
Inspirado por su primo, Bee decidió convertirse en novicio budista a la edad de trece años. Aunque él no tiene interés en ser monje, quiere seguir viviendo en el monasterio por tres o cuatro años más hasta completar su bachillerato. Bee también está tomando clases de inglés y francés. Él aprecia la vida que tiene en su templo y la oportunidad de conocer personas de diferentes países en Laung Prabang.
Nuestro encuentro con Phone y Bee nos dejó un sabor dulce de la cultura de Laos. Sentimos una gran admiración por esta sociedad donde las tradiciones y la educación son muy valoradas. El mundo nos sigue recompensando con su más preciado regalo: personas amables de buen corazón. Y cuando llego el momento inevitable de decir adiós, Bee oró por la seguridad y felicidad de nuestro viaje, mientras que abrazaba nuestras muñecas con sus hermosas pulseras de color naranja 🙂
