Lo mejor de la India

Históricamente, el subcontinente hindú ha sido una región de rutas comerciales y grandes imperios, identificados por su riqueza y cultural. Durante muchos siglos, estas tierras fueron escenario de batallas contra imperios extranjeros que tomaron control, como los arios, árabes, portugueses, holandeses y británicos. Cuatro religiones del mundo, el hinduismo, budismo, jainismo y sijismo se originaron aquí, mientras que el cristianismo y el islam llegaron en el primero milenio y también ayudaron a dar forma a la diversidad cultural de la región. Hoy en día, la India es el hogar del 18% de la población mundial, hacinados en el 2,5% de la masa terrestre del mundo. La economía de la India es la décima más grande del mundo por producción domestica nominal y la tercera más grande por su poder adquisitivo. Tras las reformas económicas basadas en el mercado en 1991, la India se convirtió en una de las grandes economías de más rápido crecimiento y es considerada como un país de industrialización reciente. Sin embargo, el país sigue haciendo frente a los desafíos de la pobreza, el analfabetismo, la corrupción, la desnutrición y la falta de salud pública. El país tiene grandes problemas ambientales y su población es la de más rápido crecimiento en la tierra. La contaminación acústica en las grandes ciudades se ha medido a más de 90 decibelios, más de una vez y media sobre el límite reconocido como “seguro”. Lamentablemente, la falta de control de basuras es un problema recurrente en todo el país y la gente parece estar acostumbrada a tirar todos los desperdicios en cualquier parte. Al menos el 70% de las fuentes de agua dulce de la India están contaminadas de alguna manera. Las aguas del Ganges, por ejemplo, son un río séptico negro con 3.000 veces el límite aceptable de coliformes fecales. Independientemente de su nivel de contaminación, este río sigue siendo el epicentro de la
vida y la espiritualidad en Varanasi. Literalmente todo sucede en el Ganges, desde nadar, pescar, bañarse, lavar la ropa, beber de sus aguas, hasta la incineración de cadáveres antes de dejar ir sus cenizas y restos del cuerpo dentro del río.