Egipto faraónico
Durante nuestros días en Egipto, dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a la exploración de los antiguos templos y tumbas de las 31 dinastías faraónicas que gobernaron esta tierra desde hace más de 3.000 años. Cuanto más exploramos estos sitios fascinantes, más nos sentíamos intrigados por su simbolismo y significado.
Muchas veces mientras caminábamos por estas impresionantes estructuras nos hubiera gustado ser transportado de vuelta a los tiempos en los que eran parte de la vida cotidiana y las prácticas religiosas de los egipcios. Fue sólo a finales del siglo IV después de Cristo, cuando el Imperio Romano adoptó el cristianismo, que el antiguo Egipto finalmente se extinguió. Les prohibieron sus dioses, les cerraron sus templos y se perdió todo el conocimiento de los jeroglíficos “paganos” que transmitían su cultura durante unos 1.400 años.
El trabajo de la restauración e interpretación hecho por arqueólogos de todo el mundo nos permite hoy tener una mejor comprensión de esta sociedad y su lenguaje jeroglífico. Con el tranquilo Templo de Philae que descansa sobre una isla en el medio del Nilo, el Templo de Luxor románticamente iluminada por la noche, el Valle de los Nobles donde tantos prepararon su viaje para la “otra vida”, las destacadas Pirámides de Giza y la emblemática Esfinge en medio del desierto, y el interior triangular de la pirámide de Dahshur con su eco potente, Egipto es un testimonio inolvidable de la historia.
Podríamos escribir las pocas cosas que aprendimos sobre el Egipto Faraónico, pero será pretencioso de nuestra parte tratar de simplificar en este breve artículo lo que ha tomado años de estudio a tantos científicos y arqueólogos. Lo que si podemos hacer en su lugar es ofrecer una pequeña ventana a la magia que presenciaron nuestros ojos. La vida nunca será la misma luego de visitar Egipto, este país tiene el talento de intrigar y cautivar la mente. Deje que Egipto lo secuestre, disfrútelo 😉
