Lo mejor de Hungría

Durante nuestros días en Budapest, visitamos la Basílica de San Esteban y la gran sinagoga, la segunda más grande en el mundo. El Museo de la Casa del Terror nos dio una mejor perspectiva de la historia reciente de Hungría. Desde 1944, este país sufrió décadas de terror bajo la doble ocupación, primero por los nazis alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente por la Unión Soviética. La nación no logró la independencia hasta 19 de junio de 1991 cuando el último soldado soviético abandonó el territorio. En virtud de los nazis alemanes y el Régimen húngaro Flechas Cruz, miles de judíos fueron deportados y exterminados. Más tarde, después de la “Liberación de Hungría” por la Unión Soviética, cientos de hombres húngaros fueron llevados a campos de trabajo y nunca volvieron a casa. Era un mundo soviético donde los valores y virtudes de Hungría eran inaceptables. Las religiones fueron perseguidas, en lugar de Dios, los líderes del Partido Comunista de Stalin y Rakosi debían ser venerados. El patriotismo también fue prohibido y los húngaros se vieron obligados a identificarse con los objetivos e intereses de la Unión Soviética. Muchos húngaros, hombres y mujeres, fueron perseguidos, torturados y ejecutados por sospecha de actuar contra el régimen comunista.